La mejor versión de ti mismo

Seamos sinceros con nosotros mismos, admitamos que no estamos ni cerca de ser perfectos. ¿estás de acuerdo conmigo? Entonces sigue leyendo...

Ser perfecto no es la razón por la que estamos aquí, y sí, para trabajar y de esa forma convertirnos en la mejor versión posible.

Las elecciones que debemos hacer en cada movimiento diario son las que nos llevarán al final en la dirección de ser esa persona. Y si así reconociéramos entonces, mantenernos en ese camino.

Somos como un barco y de tanto en tanto enfrentaremos altas olas anunciadoras de tormentas. Habrá otras veces que nuestro movimiento será de remanso por aguas tranquilas. Pero mientras sigas de timonero sabrás que estás yendo hacia algún lugar.

Mientras recorres ese trayecto, que algunas veces has elegido consciente y otras casi sin darte cuenta, estás progresando. Aunque te cueste, aunque tengas tus horas de sufrimiento y sientas como si el cielo se hubiera vuelto sordo a tus ruegos.

Pero mantente confiante. Si eres constante tendrás oportunidades mil de crecer. No crecemos cuando somos felices por largas temporadas, lo ¿sabías? Crecemos cuando vivimos tiempos probatorios, que nos hacen parar y reflexionar. Y aunque la lucha sea cruenta debemos querernos más en esos momentos, aumentando nuestra autoestima, descubriendo la infinita fuente interior que poseemos para sobrevivir.

Recuerda: “lo que no mata, fortifica”

Comprométete con tus metas. Y si  te mantienes firme, un día me llamarás para decir, que sobre todas tus adversidades llegaste a vencer. El éxito coronó tu coraje.

Nunca pienses en el medio de los momentos adversos, que no alcanzarás lo propuesto, cuando por momentos el cansancio o el temor al fracaso te inunden, levanta una oración, nacida con palabras del corazón. Créeme, hay suficientes oportunidades para los desafíos de cada uno. No existen las “vacaciones” del Universo. Desconfía de tu ego. Quizás alguna vez, él quiera hacerte creer que ya has llegado a tu meta, o que nunca la alcanzarás. Es una forma de tentarte a la fuga, de que bajes los brazos y abandones ese escarpado camino que tanta falta te hace para continuar creciendo. Es la voz de tu Oponente, que susurra tentadora: “¿para qué trabajar tan duro? Quizás nunca lo consigas”…No olvides que no hay peor enemigo que uno mismo.

Algunas batallas pueden perderse, simplemente para saber más tarde que nuestra elección no era la más acertada. Mientras tanto...

aquí te dejo algunos florales para que puedas enfrentar los momentos de indecisiones:

Wild  Oat + Mountain  Pride

Un abrazo 

Graciela