NAMASTÊ!

"El dios que habita en mi, saluda al dios que habita en usted"




martes, 9 de marzo de 2010

Estoy agradecida a mi soledad

Quizás te parezca extraño esa declaración inicial, pero es una confesión venida del corazón.
Si, agradezco a mi naturaleza esta elección hecha en compañía nada más que del tiempo.
En la medida que mi destino se iba dibujando, inspirado en el uso del libre albedrío, un perfil definido de mi otro yo, fue tomando forma. Claro que tuve épocas de una búsqueda constante de compañia. De amigos, protectores, familiares, amores...pero con el devenir de los años, me fui sintiendo bien, acompañada nada más que por mi misma.
Descubriendo a los pocos que esta soledad tiene como bendición máxima el poder entablar diálogos con mi otro yo en cualquier momento del día. Para descubrirme, discutir y llegar a tener por veces, mucha rabia  por actitudes equivocadas, por exceso de ingenuidad. En otro momentos llegar a vislumbrar perfiles de egoísmo, de rencor alimentado. Y luego, no mucho más tarde, bendecirme y hacer las paces. Por sentir que tengo derecho a darme una tregua, a curvarme frente al desacuerdo. De esta forma aprendo a tener más paciencia con el prójimo y lo acepto aunque no lo entienda. Tengo tiempo para luego de estar en su compañía reflexionar qué significó cada palabra, acción o gesto venido de su lado.
Pude entender ayer, por ejemplo, que la religión de mi amiga María, no tiene ningún nombre, su religión es la familia como para mi es la búsqueda incesante.
Buscar, siempre me hace amar mejor a los míos, perdonarme cuando en otros tiempos me castigaba tanto por pequeños errores. Mi búsqueda, es la meta diaria transformada más tarde en paz en el centro de mi ser. Es el eureka! al descubrirme de tantas otras maneras...
No es verdad que hayamos nacido para ser la mitad de alguien. En mi caso soy la mitad de Algo.
Hubo un largo camino a desbravar y, en el que esta soledad consciente me ayudó a no apartarme de la senda. ¡Hubo tantos otros tiempos que luchaba sin saber  cual era el motivo que despertaba mi rebeldía!. Y por épocas, vencida y corriendo en círculos tratando de escapar de mi ignorancia me dedicaba frenéticamente a los libros de auto-ayuda...
¡Craso error!...Cada volúmen que terminaba, me dejaba más vacía que antes...y un pensamiento cínico, como un mantra retumbaba en mi mente: -este conglomerado de ideas, solo es de gran ayuda para el bolsillo del autor...
Más tarde, mucho más tarde, descubrí que en mi caso en particular, la ayuda necesaria aguardaba ser descubierta en mi interior. Allí estaba depositado un manantial infinito de conocimientos a los que podría acceder para encontrarme, para estar de vuelta de muchas vidas, para quererme mejor, para hacer las paces con viejos silencios mantenidos por temor...
Pero, primero debía llegar a practicar una regla de oro: el silencio. Saber también el valor de cada pensamiento y cada palabra lanzada. Aprender a escucharme. Y a cada paso dado maravillada podía ver como los embates de la vida ya no me aterrorizaban. Cuando algún fantasma se insinúa, me vuelvo un foco de luz hacia mi interior: medito, oro, entono mis mantras y...mi corazón no pierde su ritmo. Me siento inundada por una armonía indescriptible...
Te he contado ésto, para que si eres uno como yo, no te sientas solo. Ve si al leer esta nota estás de acuerdo con algunas palabras. Si tu interior todavía te susurra el deseo de encontrar a alguien, y si has aprendido a escuchar tu corazón entonces, no dudes que así será...Es cuestión de tiempo...
Por si acaso, aquí te dejo un floral para desvendar tu caso.
Agrimony + Mimulus.-
Un abrazo.
Graciela

No hay comentarios:

Publicar un comentario