NAMASTÊ!

"El dios que habita en mi, saluda al dios que habita en usted"




jueves, 8 de agosto de 2013

Una Oración para los Nuevos Tiempos

Honremos el hecho de haber nacido y que sepamos desde un inicio que no basta rezar un Padre nuestro para deshacer las faltas cometidas diariamente. Esta sería una forma perezosa de intentar ser bueno. Lo sagrado está en nuestra esencia, y se manifiesta en cada acto de buena fe y generosidad, frutos de una percepción profunda del Universo y no en el acaso. Si no estamos bien focalizados en el bien, nuestra declarada religiosidad pierde el sentido.
Que se note que cuando bailamos, festejamos, amamos, jugamos, abrazamos, sonreímos, estamos homenajeando a la vida y no ofendiéndola.
Que sean muchos esos momentos de conmemoraciones y alegrías compartidas, pues atraen buenas energías. Sentirse alegre no debería causar desconfianza; el espíritu cuando leve enriquece el ser humano.Es la condición primordial para hacer feliz a quienes nos rodean.
Estemos abiertos, de forma de posibilitar una entrada de luz así sea por pequeñas rendijas. Que nunca estemos lacrados para recibir lo que la vida nos trae. Novedades no son sinónimo de invasión, deturpación o violencia. Debemos creer que lo nuevo es elemento de reflexión; merece ser evaluado sin censura previa.
Tengamos con la muerte una relación amistosa ya que contrario a la idea vulgar no es portadora de malas noticias. Nos enseña en cambio que no vale la pena desgastarse por pequeñas cosas. Pues en un período de más o menos tiempo será nuestro destino sacramentado
Valoricemos nuestros amigos más íntimos y las verdaderas relaciones para siempre.
Seamos bien humorados, porque de esta forma revelamos conciencia de nuestra insignificancia. Aquellos que no saben jugar, se consideran superiores, y así siendo no conquistarn el respeto ajeno que tanto desean. Riéte de ti mismo y crece.
Que el mar esté siempre azul, y el cielo tachonado de estrellas. Que el vino nunca sea prohibido, que el amor sea respetado en todas sus formas,  que nuestros sentimientos no sean en vano,  que sepamos apreciar lo bello, que percibamos lo ridículo de las ideas estancadas e inflexibles, que leamos muchos libros, que escuchemos música, que amemos de cuerpo y alma, que seamos más prácticos que teóricos, más fáciles que difíciles, más saludables que neurasténicos y que no tengamos tanto miedo de la palabra felicidad que designa apenas el confort de estar donde se está, de ser lo que se es, sin tener miedo. Ya que el miedo infesta la mente.
Que nuestro Dios sea cual fuere no nos condene, no nos exija penintencia, sea un amigo para todas las horas, sin substraer nuestra inteligencia, placer y entrega a  las emociones que nos dejan plenos.
La vida es un regalo y saber disfrutarla en levedad, inteligencia y tolerancia es la mejor forma de agradecer, mejor dicho la única.

Martha Medeiros