Un día de estos recordé un hermoso texto: “Porqué será que la palabra God (Dios) deletreada al revés se convierte en dog (perro)?”
“...No es mera coincidencia; a menos que el perro sufra fuertes castigos, pase hambre o sea víctima de la rabia, es el ejemplo más cercano del amor de Dios que los humanos pueden experimentar.
Por mucho que se lo ignore o se lo descuide, por muy duramente que le hables, aunque te olvides de darle alimento y agua por tener otras preocupaciones, tu perro seguirá allí, mirándote con adoración, con los ojos desbordantes de puro amor.
Aunque lo maltrates siempre estará dispuesto a defenderte, protegerte, amarte. Posee insondables pozos de comprensión y compasión. El perro seguirá perdonando sin cesar.
Nada de cuanto hagas, como no sean castigos violentos y repetidos matará su infinito amor y lealtad por su amo. El perro no es sólo tu mejor amigo sino el mejor ejemplo de lo que es el amor. Algunas doctrinas enseñan incorrectamente que el paso siguiente y superior de la reencarnación de un perro es el ser humano. ¿Porqué consideraríamos el ser humano superior al perro? Los perros son más pacientes, fieles, leales, amantes, compasivos y dados a perdonar que la mayoría de los humanos.”
(“Los Planetas y el Zodíaco” – Linda Goodmann)
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